domingo, 23 de diciembre de 2007

When - Drowning But Learning
…that was what i talking about! Estos discos son las razones de por que hicimos la pagina, discos cuya extrañeza y singularidad merecen ser rescatados del olvido y comentados, así el resto de los mortales son testigos de los resultados que estos experimentos auditivos hicieron sobre nuestras personas.

1era escucha:
Contexto: sábado a la noche, se frustran todos los planes (bah yo me los frustro solo otra vez) y como dice la canción de The Cure otro fin de semana que no vamos poder aprovechar (y van…). 1 de la mañana pero muy despierto, “ahhh si pongo ese disquito raro que baje de mutant sounds?”. Play, apago el monitor, apago las luces, no soy de condicionar tanto las escuchas pero estos discos valen la pena. Ahora si, solo la música y yo, ah y la oscuridad por supuesto. Como magnifica (y resignifica) las cosas la oscuridad es tremendo!, este disco un lunes a la siesta es un disco mas, pero hoy (si son las 2 :30 de la mañana y estoy escribiendo esto) es el disco mas inquietante que escuche en mi vida.
Me pongo muy borgeano o tal vez dolinesco y me parece que este disco no fue escuchado nunca por nadie, este disco fue especialmente diseñado para mi, para mi y mis circunstancias, mañana no va a pegar, a ustedes tal vez nunca les cause el menor impacto, pero no importa por que ya cumplió su objetivo, mientras sigo pensado en esos climas tenebrosos de las ¿2 primeras canciones?( ni idea al no podes ver el winamp o ver la barrita moviéndose, las canciones se hacen una, una indefinible de la otra) When justifico su razón de ser en el mundo.
Climas ominosos y algunos de los sonidos de teclados mas raros, desafinados y siniestros jamás grabados, una tormenta, alguien jadea, cada mas cerca, tirita de miedo, cada vez mas cerca, me agarro el pecho, tengo la sensación que en cualquier momento algún demonio se va a corporizar en la cpu. Lentamente todo empieza a volver a los caminos normales, ya todo es mas reconocible, una voz, estructuras de canciones…la ensoñación empieza a ganarme, el cabeceo funde sonidos, la combinación de samples de bebes y la instrumentación psicodélica me jode, me molesta, me quiero dormir, quiero seguir escuchando, prendo la luz, si prendo se pierde todo…
Rock progresivo, noruegos, mutant sounds, el blog, escribir algo ingenioso…

Subsiguientes escuchas:
Empecemos de vuelta, When es una bizarro proyecto solista de un músico noruego llamado Lars Pedersen con un prontuario mas que interesante. Comenzó su carrera tocando en una banda junto con su familia haciendo un pop a lo Jackson 5, después en los 70 toco en Hærverk una de las primeras bandas punk de Noruega, y finalmente para mediados de los ’80 se estableció con When hasta el día de hoy, donde sigue perturbando al puñado de valientes que se animan a sus discos. Todo lo que dije en la primer parte de la reseña es efectivamente cierto aunque un poco exagerado, la verdad es que es realmente inquietante por momentos, lo que es falso es que en algún momento retomen “caminos normales”, eso si que es falso…. El disco esta dividido claramente en dos partes, una primera parte con más características de banda sonora, llenos de climas de películas de terror clase b o de esas viejas películas de Disney que mirábamos con completa inocencia sin saber que nos transformarían en los seres inadaptados que somos hoy. Arreglos de cuerdas, sintetizadores, xilófonos, samples de conversaciones, tormentas, gritos, llantos, respiraciones, instrumentaciones paranoicas, soniditos varios (que caranchos es eso que suena en “New Water”?) es lo que predomina en esta primera parte mas orientada a molestar e incomodar al oyente desprevenido.
En la tentativa segunda parte que comienza con “The Heat (Part I)” la banda sin perder un ápice de su perversidad por lo menos le da a su sonido características más musicales, temas que se pueden escuchar de corrido sin que se nos pongan los pelos de punta, así logran que de los 51 minutos que dura el disco, 15 por lo menos se puedan escuchar normalmente. Aun así esos 15 minutos son de una deformidad y una falta de respeto (en el buen sentido) con el oyente difícilmente encontrable, es como si Zappa se pusiera a zapar (redundancia?) con unos Devos diabólicos, o como si Cabaret Voltaire y Kapanga tocaran en dos escenarios diferentes y uno se encontrará en el punto medio exacto y recibiera una insalubre combinación de ambos.

Bizarrez: 10/10 (No tengo dudas de que es lo mas raro que escuche en mi vida, tal vez después me arrepienta y de Mutant sounds surja una Nadia Comaneci de la bizarrez que haga quedar a este disco como un juego de niños, pero hoy When va ganando)
Escuchabilidad: 4/10 (Lo dije en la reseña: de los 51 minutos del disco 15 son relativamente escuchables –igualmente no se hagan la idea de que esos 15 minutos es un disco de Los Tipitos- el resto son soundcapes, ruiditos, silencios, etc)
Encopresis asegurada: 9/10 (Esa noche fue la experiencia mas incomoda que tuve hasta el momento con la música, me tocaba el pecho y el corazón parecía una bolsa de puchingball, después ya asimilado no era para tanto, aunque el “Wartfield” es una cosa de no creer, comienza con una línea de teclado calma pero muy intensa, y cuando creemos que la estamos asimilando, se produce un quiebre totalmente repentino en donde arranca vehementemente la banda con algunas de sus deformidades, el tema es que te agarra tan de sorpresa que el cagazo no te lo salva nadie)
Factor S (de snob): 9/10 (Me fijo y salvo Turbonegro y Sondre Lerche –de los cuales tengo discos pero tampoco los considero la gran cosa- tengo un completo desconocimiento por la música producida en Noruega, tierra caracterizada por el death metal y demás yerbas, es así que este disco rankea alto, además decir que este disco –si este disco!- es uno de tus favoritos hace que el personaje de Cusack en Alta Fidelidad parezca el Bebe Contemponi)
Puntaje general: 4/10 (Ya esta, este disco lo pongo una vez mas y dudo que lo vuelva a escuchar en los próximos años, es una obra difícil que requiere de toda nuestra atención, los temas sueltos aun así los escuchables pierden todo su encanto si los tomamos por separado, pero eso si queres vivir un hermoso momento de mierda, no te quedes a mitad de camino, baja este)

PD: si es posible escúchenlo en las mismas circunstancias en que yo lo hice, es decir ligeramente deprimido y enojado, con un vaso de licor encima para dormir mas placidamente, luz apagada, cortinas cerradas, y play nomás.


BAJAR (no me hago responsables de nada)

domingo, 16 de diciembre de 2007

Blurt-In Berlin
Antes que nada, perdón por no haber escrito este post antes, la demora se debió a dos cosas:
1) La presentación de mi primer libro (lo que incluye arreglar el tema de las invitaciones, hacer pruebas de sonido, promocionarlo en la radio, etc.)
2) Un esguince de tobillo que parece haber concentrado tanta sangre coagulada en el pie, que me quedó poca disponible en la cabeza.
Ya explicado este pequeño inconveniente, prosigo con la banda.
Una de las cosas más interesantes de escuchar música del mutantsounds es llegar a cierta representación imaginaria de la experiencia de ver en vivo a la banda que uno escucha. Las bandas suelen ser tan desconocidas y sus propuestas tan bizarras, que uno se queda con un lienzo blanco, una tabula rasa sobre el cual plasmar todo una serie de imágenes que apelan a la corteza frontal del cerebro. Por ejemplo, escuchando Shoulder of mutton-A, me imagino toques llevados a cabo en mataderos tapeados de Europa del este, o en sótanos de taperas comidas por los yuyos. Habrán otras bandas que las imaginamos tocando en lavanderías inundadas, en cloacas de terciopelo y en grasientos talleres mecánicos con vikingos haciendo break dance, más o menos uno puede agregar los detalles que quiere. Y, efectivamente, esta es una de esas bandas que uno no puede evitar imaginárselas en vivo. Precisamente, tal como lo indica el nombre, este disco de Blurt es un concierto en vivo grabado en Berlín. Se podría decir que es una banda un poco más conocida que las otras que subí a esta página. La banda es un trío liderado por el saxofonista y poeta Ted Milton, un tipo que no sólo tiene una manera muy gutural de cantar y presentarse en escena, sino que es un… titiritero!!! Tal condición, aunque parezca media descolgada de la música en sí, se refleja algo en la presentación en vivo de la banda. Guitarras y batería funcionan como un domeñado loop que se emplaza como escenografía donde Milton grita e improvisa (con un saxofón que por momentos logra sonidos similares a los de John Zorn o Ayers), exponiendo su poesía perturbadora, su titiritera perversión. El sonido rítmico y constante, las capas de la guitarra y la batería tienen algo de motorik, aunque no se genera ese efecto de ir in crescendo o ir avanzando por una autopista, como puede sucedernos con algún disco de NEU!, sino la sensación de estar cayéndonos por esas hondísimas madrigueras glaciares que se forman en ciertas zonas de la Antártida o el polo norte. Otra imagen recurrente es la de estar en medio de un ritual de alguna tribu perdida, escuchando entre el fuego y los tambores las invocaciones a un dios vengativo por parte de un cacique pasado de peyote. Las guitarras, tienen un sonido pérfido, minimalista y repetitivo como si fuera una violación lenta y metódica, que me suena a los Birthday Party tratando hacer un cover Kraut. Sin embargo, el centro de todo es la voz de Milton, en donde sus gruñidos pueden hacer cagarse encima hasta al más acérrimo defensor del noise japonés. Parece como si esa voz, fundida en un saxofón igualmente perturbador proviniera de un eslabón perdido de la humanidad, intentando comunicarse con nosotros en un dialecto indescrifrable frente al cual nos resulta imposible no imaginar el rostro contrayéndose, supurando expresiones cercanas a la náusea, con ojos inyectados de sangre y palabras que parecen ser vomitadas desde los vasos capilares mismos, como una súbita hemorragia nasal. Precisamente, en esa condición de puppeteer, hay mucho de esa interpretación de personajes bizarros, que harían llenar de demandas de padres por niños tremendamente perturbados. En los mismos temas, se podría decir que hay proto letras, canciones en que la estructura de lo dicho se ve súbitamente invadida por gritos completamente ininteligibles, que parece más una irrupción glosolálica de un violento exorcismo
En fin, es un disco que sería impagable verlo en vivo, con cierto jazz primitivista (he escuchado que mucha gente lo cataloga como paranoid jazz), cierta inmediatez punk a la The Fall, cierta metabolización del disco a la Gang of tour, cierta escencia despojada que recuerda un poco a lo que hizo Morphine mucho tiempo después, y sobre todo, una necesidad de ser llevada a escena, como la necesidad vanguardista de llevar el arte a la acción, la acción más escatológica y descarnada.

Bizarrez: 7/10 (si bien no es inescuchable como ciertas cosas que abundan en mutantsounds, la voz, sumada a las letras y las guitarras infectas, lo dejan a uno bastante mal parado. Además, los nombres de ciertas canciones, como My mother was a friend of an Enemy of the people y Puppeteers of the world unite -no confundir con el tema de Manowar de título similar- ya hablan por sí solos de la bizarrez de la banda).
Escuchabilidad: 5/10 (el sonido de la voz es bastante invasivo –bueno, se trata de eso-, y en cierto modo escuchar todo el disco de corrido puede resultar algo cansador, pero sin embargo hay algunos temas que resultan ciertamente ¿bailables?, escúchenlo y díganme si tengo razón o si se me subió un coágulo de sangre al cerebro)
Encopresis asegurada: 5/10 (aun no siendo algo inherentemente perturbador, sí puede decirse que las letras son bastante salvajes y festivamente oscuras, sin olvidar su interpretación vocal, que nos puede resultar bastante perturbadora de agarrarnos medio susceptibles)
Factor S (de snob): 8/10 (la neue deutsche welle tiene una cierta esencia artie y bastante poco difundida que resulta un terreno bastante rico en recursos de sofisticabilidad. Fue una escena que se desinfló tan rápido como pegó en Europa y tener cierto material de aquella movida, en general opacada por el kraut, con bandas mucho más reconocibles, sin duda es un comodín en tus cartas de melómano)
Puntaje general: 6/10 (cuando se escucha el disco, uno sabe que está frente a algo innovador y en cierto modo arriesgado. Lo que más se rescata es la interpretación vocal de Ted Milton, algo que pocas veces se ha escuchado en la música y que remonta a la forma de “cantar” de Klaus Dinger en Lieber Honig, sin duda, un momento fundacional en la historia del rock. Aún así, quizás buscado adrede, no hay una consistente separación de los temas, y todo parece ser una misma y desesperante canción (algo que a más de uno podrá resultarle monótono)


jueves, 29 de noviembre de 2007

The Astronauts - Peter Pan Hits The Suburbs
A ver, si un tipo que se escucho la lista de Nurse With Wound completa, como así otras millones de bizarreadas te dice que este es uno de sus discos favoritos, es mas, que este es unos de sus tres discos preferidos de los ’80, que es “a true masterpiece”, como no le voy a dar una chance, como no lo voy a escuchar aunque sea para usarlo como vara para medir otros discos de mutant sounds en el futuro.
The Astronauts UK (no confundir con la banda de surf rock alemana del mismo nombre, en serio no es joda) son una banda de…a ver como decirlo…de punk y de folk. A diferencia de otras bandas que utilizan su amplia paleta de sonidos para crear algo nuevo y característico-el nombre Pere Ubu me salta a la memoria-, los Astronauts al contrario pasan de un extremo al otro, en el disco pueden convivir –no tan armoniosamente para mi gusto- temas punk de la primera escuela y pequeñas pincelas de un folk sutil y de primera calidad.
Peter pan hits the suburbs” comienza con un tema punk cabeza al mejor estilo Damned con la diferencia de unos arreglos de syntes y saxofón que transforma lo que parecía un tema punk normal en un comienzo inmejorable.
Una de las características particulares de la banda es que los ingleses hacen “casi-hits”, canciones que tienen todo para pegarla, para ser himnos generacionales, pero después ellos mismos se acuerdan que son unos hippies/drogadictos/anarquistas y se quedan ahí, a mitad de camino. El mejor ejemplo es “Protest Song” una emotiva canción acústica que recuerda al mejor Bowie (o por que no a Lou Reed de “Perfect Day”) una guitarra frotada, un pianito atrás, todos arreglos minimos pero después -obvio- enloquecen, el piano hace algo así como la oda de Morrison sobre Nietzsche, se juntan ruidos de todo tipo, parece que todo se va a la mierda para después retornar insólitamente a la guitarrita limpia otra vez. Este ejemplo sirve también perfectamente para explicar el fenómeno de los Astronauts, al comienzo de su carrera los shows de la banda se caracterizaba por reunir de manera cohesiva una gran cantidad de hippies y punk radicales por igual, y para el momento de su primer disco contaban con una gran base de fans, pero obvio sacaron el disco que nadie esperaba.
El resto de los temas siguen una formula parecida con la que The Fall viene conquistando corazones desde hace 30 años, es decir, bases post-punk, guitarras ruidosas bien arriba y syntes entrando y saliendo, jugueteando por toda la canción, lo que les juega en contra es la duración de algunas de las canciones, por ejemplo en “How Green Was My Valley” (homenaje al clásico hollywoodense?) se torna pesada al repetir durante 5 minutos y medio la misma base -atractiva es cierto pero al final cansadora-.
El tema del disco y tal vez el mas representativo es “Baby Sings Folk Songs”. Un delicioso arpegio de guitarra que se repite durante casi toda la canción, una flauta que silva una hermosa melodía que le da un toque medieval, lentamente va ganando en intensidad, entra la batería y se transforma nuevamente en un tema punk. Genial.
Después de varias escuchadas todavía me quedan dudas y una opinión mas bien ambigua, -no por que el disco no este bueno todo lo contrario me parece un discazo, un tesoro olvidado que merece mas reconocimiento en la historia del rock o aunque sea por lo menos ser citado por un par de chicos lindos de New Jersey en un periódico ingles como influencia de su banda- me queda la sensación de que no acabe de descifrar el enigma que es esta banda, me parece que eso recién se puede resolver escuchando mas cosas de ellos, cosa que haría sin ningún problema.

Bizarrez: 5/10 (En el contexto del punk/post-punk ingles el disco es bastante raro al esquivar algunos de las características propias del genero, igualmente comparado con el resto de los discos de mutant sounds es bastante normal)
Escuchabilidad: 8/10 (El disco es bastante accesible y aunque hay momentos en el que experimentan nunca deja de ser un disco que podría haber sonado tranquilamente en la radio)
Encopresis asegurada: 1/10 (el hacerte cagar en las patas no es una de las objetivos de los Astronauts, al contrario muchos de sus temas tienen climas bastante agradables)
Factor S (de snob): 8/10 (gracias a Internet y los blogs el post-punk –tal vez junto con el krautock- debe ser el genero que mas crecimiento y difusión alcanzo en los últimos años, aun así con la interminable cantidad de bandas que conocí en este tiempo, los Astronauts eran una completa incógnita, por eso que el Factor S es bastante alto)
Puntaje general: 8/10 (El disco en general esta muy bueno, tiene temas muy logrados y al final te deja con ganas de mas, no le puse mas por que el era el primer disco que comentaba y me daba cosita...)

Despues de todo esto no te lo bajas?

viernes, 23 de noviembre de 2007

Steaming Coils-Breaded LP
En esta primera, más bien segunda crítica de discos afanados del mutant sounds, se me ocurrió bajar, traicionando un poco a ese espíritu snob de frecuentar bandas alemanas previas a la caída del muro, una banda norteamericana llamada “Steaming Coils”. Entre la espumante oferta que desborda la página, opté por una banda que resultara algo accesible, a la vez que no tuviera un halo tan perturbador (estaba entre esta y la terrorífica experiencia que garantizaba una colección de casetes de música industrial japonesa).
Hay que remarcar como primera aproximación, que criticar un disco del cual no tenemos puta idea de la banda es como andar jugando al cuarto oscuro en una cristalería, y ciertamente uno se pregunta si no estará cometiendo tremendo acto sacrílego al estar lanzando hipótesis como un pescador sin boya. Es algo que yo suelo comparar con tratar de dar un diagnóstico a partir de un test psicológico sin tener la historia clínica del paciente.
Alejándonos de este túnel de acceso, vuelvo con la banda. Steaming Coils. Rebatiendo todos mis preconceptos (como quien tira una bomba brasilera y se tapa los oídos esperando la explosión), la banda tiene un sonido mucho más ear friendly que la mayoría de las cosas que me he bajado de esta página, y hasta cierta medida, se puede considerar que tiene bien logradas ciertas melodías pop. El disco empieza con Carne del sol -un título genial para una banda art punk- posiblemente el tema más pop (y mejor logrado) del disco. La primera vez que escuché el tema, en sus primeros tres segundos me hizo acordar un poco a King Crimson (esa introducción guitarrística a la Fripp), pero enseguida apareció una voz muy agradable, con una forma de cantar bien indie, que por ahí recuerda (sólo un poco) al formato de Pixies o Yo la tengo –principalmente por la voz de la mina de los coros detrás-. Una de las cosas más llamativas de la banda es la forma de cantar del vocalista –hasta donde sé, apellidado “Laner”-, que viene de un formato bastante pop, haciéndola parecer menos compleja de lo que en realidad es (está llena de subidas y bajadas pero sin picos pronunciados, como una montaña rusa en la que podés tomar tu coca sin que se te derrame). Lo paradigmático de ese tema en particular es el momento que dice “on the wheels, playing backwards”, momento en que las guitarras justamente comienzan a sonar como pasadas por una cinta puesta al revés. Precisamente, es algo que pasa con el disco, temas con una estructura bastante estable y hasta aterciopelada, hasta que aparecen los tijeretazos de una mano invisible que te convierte la canción en un collage esquizofrénico (escuchar cuántos de estos cambios súbitos caen en el tema Notes, un tema bastante interesante, no sólo por el sonido, sino por la lírica misma –"If I could read in any other language i would pick something i would wanna to see, and to think about it later when i was asleep"-). Luego hay temas bastante deformes como si estuviéramos zarpando en el viaje de ácido de un payaso de circo (Loosen love sick the shamrock), para terminar encallados en una isla remota que eventualmente reconocemos como el meado cobertizo de circo de unas cacatúas
Pasando la mitad del disco, ya los tipos comienzan a ceder más a sus desvaríos, como en Horse Power, en donde ya hay muy poco de qué aferrarnos.
Como pauta general, si tratara de encontrarle algún anclaje, diría que la banda suena un poco a Robert Wyatt (hay algunos temas que me recuerdan al Shleep), pero con la psicodelia bajada a cierta esencia indie bastante más estadounidense. Lo mejor del disco es precisamente esa capacidad interpretativa de la voz, bastante maleable y versátil, así también como ciertas melodías y las letras (que voy a tener que escuchar más atentamente- me olvidaba de mencionar las cítaras de On Studio Cassettes). Lo peor del disco vendría a ser la sección de vientos de algunos temas, que por momentos me remiten a las canciones más merzas de Frank Zappa (y su intento de superar la barrera interpretativa por medios digitales), siendo bastante repetitivas y medias forzadas.

Bizarrez: 5/10 (en los formatos de la música convencional sería considerado bastante extraño, pero tratándose de Mutant Sounds, es un disco bastante agradable y escuchable)
Escuchabilidad: 6/10 (Como dije, bastante ear friendly, aunque por momentos la experimentación sónica deriva en temas bastante carentes de forma)
Encopresis asegurada: 2/10 (Un disco en el que la oscuridad sólo se puede notar dándole demasiadas vueltas al asunto)
Factor S (de snob): 8/10 (Alardear que una de tus bandas favoritas es Steaming Coils –una banda de la que nadie te podrá discutir porque posiblemente no la conozcan-, te da ciertos puntos melómanos extra, pudiendo posicionarte un escalón más arriba del resto de los mortales fanáticos de otros discos estadounidenses indie mucho más populares. Emprender una búsqueda por el eslabón perdido entre melodías pop pegadizas y paisajes lisérgicos es una cruzada de la que muy pocos arqueólogos de lo alternativo han salido con vida)
Puntaje general: 6/10 (Un disco agradable, ciertamente disfrutable y a la vez complejo del cual habrá que darle muchas más escuchadas)

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jueves, 22 de noviembre de 2007

Shoulder of Mutton A-From outside to the inner side abyss *
*(originalmente parte de un largo post de degollandocisnes)
Esto es de lo más bizarro que me bajé en mi vida. La mayoría de los temas están precedidos, intervenidos o epilogueados por sonidos de cabras y chanchos, que inevitablemente hacen pensar en los clásicos mitos de imaginería satánica (si bien no se hace nunca específica mención de esto, cosa que paradójicamente podría darnos una mayor seguridad). La primera vez que escuché este tema fue en esas noches de insomnio, donde uno se encuentra entre la tremenda disyuntiva entre ver el video casero de Chachi Telesco o bajar discos de bandas minimal synth polacas de antes de la caída del muro de Berlín. Para los que suelen optar por la última opción, les cuento que en Mutant Sounds tienen música para rato, con un tipo que se hizo una torre de Babel de discos incluso inaccesibles para el melómano en peor estado terminal que alguien haya podido encontrar. La mayoría de las veces que me bajo algo, lo hago en base a la tapa del disco y la idea que me hago del contexto del determinado país (generalmente europeos) en la década en que fue concebido. Fue precisamente así que me topé con Shoulder of Mutton A, una banda para la que no hay Wikipedia que la salve del completo anonimato. Creo que si le diera una guitarra criolla al portero de mi edificio y le dijera que tocara covers de los Smiths en el boliche Machu Pichu, tendría más repercusión mundial que esta banda que estoy citando. Lo único que queda claro, es que formaron parte del corto movimiento de la Neue Deutsche Welle, una especie de movida New Wave entramada en el contexto teutónico de los ochenta. Todo lo demás son hipótesis, sólo tengo estos temas tan extraños como escalofriantes, y las fotos del inlet del vinilo, cuyas imágenes le hacen honor a la música. El collage, por más rústico que sea, me quita el aliento, los integrantes de la banda apoyados en las paredes de lo que me imagino un panteón, con cabezas de vacas suplantando a sus rostros humanos.El disco entero tendría que estar a su disposición para que lo apreciaran desde su orgánica y feroz excentricidad, pero suponiendo que muy pocas personas gustarían pasar el martirio de treinta y cinco minutos de canciones completamente laberínticas y estrafalarias (un sentido de lo estrafalario muy distinto de la absurdidad festiva de Zappa), les dejo sólo un tema, específicamente el que abre el disco, llamado “From outside to the inner side abyss”, un tema que con sus diez minutos es la epítome de todo el estilo y estética del disco.Podría hablar largo y tendido de todos los elementos que resultan atemorizantes en una canción tan larga, pero apartándome de mis instintos de intentar abarcarlo todo, sólo bastaría con quedarnos con los primeros minutos del disco, en donde tras un largo sonido de cabras y ovejas, se escuchan unos pasos distantes, que parecen bajar una escalera, de una manera segura y metódica, como alguien que se dirige sin apuro a realizar una actividad en el sótano de su casa. Lo particularmente interesante es que el sonido, distinto a la mayoría de las canciones con cierta puesta en escena, dígase por ejemplo la interesante adaptación de Bonnie & Clyde hecha por Tori Amos, no parte del punto subjetivo del polo activo de la acción (que en este caso supondría que el sonido fuera grabado desde los pasos adentrándose en ese mundo extraño lleno de ecos), sino que se posiciona del otro lado, desde el ser que aguarda en las profundidades del sótano o de la mazmorra, escuchando como son los pasos del otro, y no los nuestros, los que son registrados por la grabación. Este cambio de roles, precipitándonos a una dimensión inactiva, casi amordazada, logra el efecto de sentirnos como un niño escondiéndose de una representación terrorífica debajo de la cama, como si tratásemos de taparnos los ojos para no ser vistos, cuando sabemos que todo es inútil, que efectivamente llegará eso otro a tomarnos por completo. Efectivamente, la larga introducción de esta canción representa fielmente su título, hay algo que viene desde afuera hacia la parte interior del abismo, pero esos pasos, esas botas no son las nuestras, nosotros ya estamos en el abismo hace tiempo, quizás esperando, quizás acechando, o quizás atados a una silla, como si lo que escucháramos fuesen las botas de un militar dispuesto a ponerse medieval con nuestro culo hasta que le digamos hasta lo que no sabemos. Personalmente, yo me adhiero a este último punto, sobre todo por la serenidad y a la vez determinación con que esas botas bajan a por nosotros.Como había mencionado, la primera vez que escuché este tema no tenía absoluta idea sobre lo que me estaba enfrentando, y ciertamente, el miedo que me invadió todo el cuerpo fue tan grande que tenía hasta terror de pestañear. Una de las cosas que lo vuelven aún más perturbador es precisamente ese completo desconocimiento de la banda, esa idea nula sobre quiénes son aquellos que estamos escuchando. Aún escuchando discos de Charles Manson (he de aceptarlo, un snobismo un tanto morboso), el hecho de saber quién es la persona que compuso los temas nos da una mayor tranquilidad, poder anudar el terror a un rostro determinado nos da cierta garantía, una forma de mecanismo fóbico sobre el cual depositar en el afuera conocido nuestras fantasías más terroríficas. Pero con bandas como ésta nunca estamos seguros de lo que se proponían, de si lo lograron o no, de cómo fueron grabados, dónde y de quién eran esas botas. El miedo se forma como una nebulosa de sensaciones intensas sin encontrar representación, y no sabemos si acabamos de presenciar una muy lograda puesta en escena o si fuimos espectadores de un hecho abominable.